martes, 8 de noviembre de 2016

Patricio Burlone: "La primicia como tal, dejó de existir"


Patricio Burlone es un periodista deportivo quien forma parte del elenco de Sportia, es uno de los cronistas de Paso a Paso, quien confesó ser el más antiguo de este programa, dio su punto de vista sobre el aporte de las redes sociales para el periodista, además de mostrarse como un apasionado de la lectura, más que nada, la filosofía. Aquí la entrevista completa.


Fuiste pasante en Tycsports, ¿Esta fue siempre tu vocación, hiciste alguna carrera anteriormente para interiorizarte, o viniste a probar suerte a que se te abra una puerta?

-Hay un tema con la vocación porque cuando uno tiene quince, dieciséis, diecisiete, que es generalmente cuando uno empieza a elegir la carrera, hay algún atisbo, indicio de lo que a uno le gusta, pero es muy difícil elegir para el resto de tu vida algo que quieras estudiar y trabajar, porque son dos cosas completamente distintas. Una cosa es lo que a uno le gusta estudiar y la otra es que a uno también le guste trabajar de esto, son cosas diferentes. En mi caso, yo sabía que pasaba por el deporte, estaba entre el profesorado de educación física o hacer periodismo volcado al deporte y la verdad que entré con nulo conocimiento del periodismo y lo que aprendí en la escuela de periodismo deportivo, fue que antes que el deporte, te tiene que gustar el periodismo. A mi me gustaba mucho escribir, leer, comunicar a veces inconscientemente. Por ejemplo, iba a jugar al fútbol con mis amigos y hacía crónicas y era el único que me la pasaba haciendo eso, o relatar algún partido. Entonces me surgió la pasantía acá en Tycsports y la verdad que entré acá y me encantó y fue como mágico, fue una conexión instantánea, yo entré acá y dije de acá no me muevo, me quedaba diez, once horas en el canal, no volvía a mi casa nunca y por suerte quedé.

De todos los equipos que te tocó cubrir, ¿Cuál fue el mejor, el que más recordas?

-Yo tengo cobertura diaria para lo que es el noticiero de Tyc o Estudio Fútbol, lo hice con Huracán, Quilmes, Banfield. Con Paso a Paso cubrí campañas de Estudiantes del 2006 por ejemplo, con el “Cholo” Simeone, me tocó cubrirla casi toda entera a mi. Fue uno de mis primeros trabajos. Entonces me quedó muy marcada porque me mandaban siempre a cubrir a Estudiantes y encima para Paso a Paso que se cubre de otra forma, no es la información tan estricta diaria y eso me marcó mucho. Después en el día a día, creo que el Huracán de Dominguez que llegó a la final de la Copa Sudamericana. Ese equipo, por todo lo que vivió en ese año con el accidente. Ahí se generó algo insólito que traspasó mi trabajo con el club, porque después del accidente yo iba al sanatorio e iba a ver como estaba Toranzo y Mendoza, y no tenía una cámara, ni grabador. Iba solamente por dos personas que estaban sufriendo y que a mi me habían puesto muy mal, muy triste porque estaban por perder la carrera. Entonces yo iba y me quedaba hasta las tres de la mañana hablando con los familiares y creo que por esto que se generó, es el club y la cobertura que más me marcó.

Ahora que hablaste de Paso a Paso, vos haces los informes, ¿En qué parte sabes cuándo poner el sentido humorístico, cuándo informar, y cuándo la parte más seria?

-Soy el más viejo haciendo Paso a Paso hoy asique aunque no sea viejo, soy el que más tiempo lleva 
haciéndolo de los que están hoy. La experiencia te lo da eso también un poco. Pero no es fácil lo que preguntas vos, creo que es de lo más difícil y los errores más grandes que tenemos hoy en el programa vienen por ese lado. A veces confundir una noticia que puede ser sensible, tomada con cierto humor. Siempre está desdramatizar en Paso a Paso y bajarle un cambio a todos los conflictos, a la discusión y a la polémica. Creo que por eso la gente nos elige bastante porque los domingos a la noche hay demasiado griterío, noticias sucias y Paso a Paso es pulcro en ese sentido y mucho más futbolero. Hay que pensar. No sé cuál es el motivo que te lleva a decidir si esto se toma de forma seria o de una forma más risueña, pero no tendría una receta para decirte pero entran en juego muchas cosas, la ética periodística, la persona que hace el informe. En mi caso, por ejemplo, nunca me miran un informe antes que salga al aire, es decir, me tiene mucha confianza el productor, nunca se pone a mirarlo antes y el informe se hace. Me dice que haga entre tantos minutos y va al aire. Yo puedo decir cualquier barbaridad y nadie lo mira, porque me tienen confianza ya de tantos años. Creo que es una buena pregunta y es difícil de conseguir eso pero es todo con experiencia, me voy a quedar con eso. Creo que a la larga sabes qué tema es serio y dónde se jode, el jugador sabe también si pifió una pelota y se cayó y dio tres vueltas carnero pifiándole a la pelota, la gente que se le ríe, no se va a enojar por un chiste que nosotros hagamos. Ahora, si hay un tema candente con la barrabrava, o una persona que está herida, hay que hablar serio. Eso se puede palpar.

¿Es muy difícil sacar el casette al jugador a la hora de entrevistar?

-Sí. Sí, es difícil. La verdad que sí. De todas formas nosotros hacemos un estudio de mercado previo en donde sabemos en los planteles, dos o tres jugadores que siempre hablan sin casette o que suelen tener más confianza para hacer las notas o tienen la famosa honestidad brutal para hablar. En los informes de Paso a Paso se apunta mucho a ver las mismas caras cuando se puede, más que nada en los equipos más chicos que habla cualquiera, en los grandes habla uno en conferencia de prensa, uno con todos los demás y quizás no podemos hacer más notas, pero siempre se repiten muchas caras. Por ejemplo, cuando gana Tigre, sabes que Troglio va a hablar con nosotros mano a mano, Alfaro lo mismo con Gimnasia, Caruso Lombardi o si gana Temperley y le va bien, Boggino es una persona que tiene buena onda, y así siempre vas teniendo dos o tres que se saquen el casette. Gastón Aguirre es otro también. Se me vino Temperley a la cabeza porque las veces que gana es un show. Después también tiene que ver mucho con la persona que va a la cancha, porque esto es un trabajo que hace el productor, de saber qué periodista es bueno para qué partido. Así como las designaciones o un entrenador sabe quién es bueno jugando de lateral por la derecha o marcando, haciendo goles, acá pasa lo mismo. Yo tengo un estilo muchísimo más serio que quizás el que puede tener Juan Pablo Marrón a la hora de hacer un informe, o Omar Porcel, vos sabes que ellos van a buscar más humor, otro tipo de informe y a mí me gusta quizás ver más las cuestiones tácticas o temas de filosofía futbolera. Son gustos y cada uno lo hace a su manera, ninguno está mal, ni bien, es como nos sale mejor a cada uno y es donde exprime y explota el productor eso que piensa antes del fin de semana qué es mejor para cada partido.

¿Te tocó vivir alguna situación incómoda, algún barrabrava que apareció y tuviste que cortar la nota, algún dirigente que te vino a increpar?

-Sí. Miles. Varias veces nos pasó de eso. Ahora se me vino a la cabeza un Chicago – Tigre, cuando Tigre tenía que ascender en la cancha de Chicago que encima estaba ganando, el partido se suspendió, entró la gente al campo de juego, yo estaba haciendo una nota justo hablando de la suspensión del partido y vinieron los barras directamente a pegarle a jugadores de Chicago que en ese momento estaban descendiendo. Obviamente me dejaron la nota parada, salieron corriendo, yo también, agarré el trípode. Increparme en notas, también. Muchas veces. Cuando hacemos generalmente previas, me ha pasado. Una vez me pasó haciendo una previa en vivo, un partido Quilmes – Racing, que la gente de Racing quería que pierda su equipo porque Independiente estaba peleando por descender y entonces yo le preguntaba a los hinchas si querían que Racing gane o pierda, y me contestaban que tenía que ganar. De repente cayeron un grupo de barras tapados y se me acercó uno por atrás y me agarró de la mano fuerte el micrófono y me dijo, si hoy Racing gana, se pudre todo y salió todo eso al aire. Son cosas del fútbol. Se convive con eso. Quizás no al aire, pero sí después de una nota, de decir algo al aire, que me rompan el celular a mensajes, dirigentes, jugadores, la gente que no le cae bien cuando uno da una información. Nosotros acá, a veces contamos verdades y a veces la verdad duele.

Como dijiste que se convive con esto, aunque es una problemática que está en el tema del periodismo deportivo, ¿Cómo es la primer experiencia, sentís que llegaste hasta los medios pero no es lo que creías que era o te vas acostumbrando con el tiempo?

-Te vas acostumbrando, pero hay que pelear por esto. No hay que dejar que pase todo el tiempo. Hay que denunciarlo públicamente desde nuestro lado. Siempre que se puedan contar las cosas, que hay barras en un entrenamiento, hay que contarlo, que existe una convivencia entre dirigentes y barras, hay que contarlo. La verdad que hay que tratar de desenmascarar todas estas cosas. Es verdad que nosotros a veces somos víctimas de operaciones, porque en la búsqueda de la información, cuando uno habla con los dirigentes o representantes, jugadores, muchas veces, por intereses personales, a nosotros nos dicen alguna información falsa. Esto es algo que puede pasar. En los primeros años pasa bastante. Nos equivocamos más de lo que nos gustaría y después le agarras la mano y te das cuenta que hay que chequear por dos lugares distintos, volver a re-chequear, saber en quién confiar, en quién no. Vas haciendo una cartera de gente valiosa en quien confiar sabiendo que no te mandan la información cambiada y se aprende, de los errores también se aprende. Es muy difícil ser certero al cien por cien, porque las cosas pasan. Es una cuestión de educación que tenemos los argentinos de ser ventajeros. En el fútbol hay mucha corrupción dando vuelta, entonces, a veces nosotros caemos. Muchas veces porque somos ingenuos, y otras veces buscado.

¿Cuándo eras chico, tenías algún ídolo como jugador o como técnico?

-Siempre fui un admirador del fútbol europeo y el internacional. Me fascinaba mirar a la selección alemana. De finales de los 90, que era muy chico y los miraba, y posterior también. Me voy a inclinar por los tres jugadores alemanes que nutrieron al Inter de finales de los 80, como Lottar Matthaus, Jürggen Klinsmann y Andreas Brehme, siempre fueron como emblemas del fútbol que a mi me gustaba ver, el que me contagieron y me despertaron la pasión por el fútbol. En mi caso vino por el fútbol de afuera, no vino por el local. La verdad que yo fui a muchas canchas de chico, nunca fui hincha de un club porque tengo toda mi familia dispersa. Entonces acompañaba a uno u otro y siempre me gustó y eso a la hora de inclinarme por el periodismo, de opinar o tratar de ser mucho más parcial, es muy difícil ser plenamente parcial, pero me ayudó mucho eso. Por eso le agradezco también a mi familia por intentar llevarme a todas canchas de chico, pero a mí lo que me influenció fue el fútbol internacional.

¿Cómo es llevar la objetividad a la hora de informar, cuando hablas de tu equipo, dejar el hincha de lado, sacarte la camiseta como se dice en la jerga futbolística?

-Conozco casos de los dos. Está el periodista que empieza a trabajar en algún medio todos los días con opinión con ánimo y están los dos casos, el que deja de ser hincha tranquilamente y le es muy fácil, y el que se vuelve mucho más hincha de lo normal y se le dificulta totalmente hablar de su equipo. La verdad que están los dos extremos. Es muy difícil encontrar algún punto medio. Como te contaba antes, mi caso es muy fácil, entonces no tengo ni que hacer un esfuerzo por la parcialidad por lo que te contaba con mi influencia desde el fútbol de afuera.

¿Cuándo te encariñas con un técnico, con algún jugador, que le está yendo mal, te cuesta más criticar o no?

-No. Porque a nosotros nos enseñan que cuando uno cubre a un equipo, ese equipo es tu empresa. Obviamente que si cubrís a River o Boca, vas a tener aire todos los días y noticias todos los días por una cuestión lógica de lo que la gente pide. A los que les tocan cubrir otros clubes, vos tenes que hacer que trascienda ese club en los medios. ¿Cómo haces que trascienda? Con noticias buenas o malas. Es un ejercicio del periodista estar todo el tiempo buscando qué pasa en el club. Yo no creo que siempre venda lo malo, como muchos dicen. Lo que pasa es que hay clubes que están tan mal administrados que siempre pasan cosas malas entonces si los últimos años, cada vez que hablábamos de Quilmes, hablábamos de falta de pago, paros, huelga de jugadores, operaciones sucias, plata por izquierda en el mercado de pases, por algo será. No es que ocultábamos las cosas buenas, es porque pasaba todo el tiempo esto. Estaba en mí ese caso, descubrir esas cosas y una vez que las descubre, tiene más aire, más información, se le da más importancia a ese club. Con Huracán lo mismo, Banfield o el que le toque cubrir. Si hay clubes que no tienen mucha participación en los noticieros, más allá que no tenga tantos seguidores, o que esté medio planchado, hay que preguntarse si no es un defecto del periodista que lo cubre que no está despierta para encontrar las cosas. Si el club aparece mucho, es porque el periodista está despierto.

Centrándonos en las redes sociales, mencionaste anteriormente lo que pasó con Quilmes y Huracán, el accidente que sufrieron más que nada Toranzo y Mendoza, se corrieron muchos rumores y noticias que no eran ciertas, ¿Con qué noticia te quedaste y creíste que era la más verídica, ya que siempre puede haber calumnias, noticias falsas, más allá de que estabas cubriéndolo en ese entonces, proveerte de otra información para saber si era cierto? ¿Con qué redes sociales te informas, a cuál crees que le das más credibilidad?

-Voy a empezar por el caso de Toranzo porque acá tengo que confesar que yo mentí. Cuando ocurre el accidente, obviamente yo fui el primero en enterarme lo que pasó, por más que no haya viajado, por la cercanía que yo tenía con muchos de los familiares, la institución y los propios dirigentes y los directivos que estaban en el viaje, yo soy de los pocos medios que va siempre y que viaja siempre con el plantel de Huracán porque la verdad que TycSports apuesta mucho a que el cronista del club se haga fuerte y una lazos en ese tipo de viajes . Entonces, gracias a eso, yo hice muchas buenas relaciones en este tiempo y lo primero que yo me entero es que Toranzo tenía los dedos comprometidos. A mí lo primero que me dicen es eso. También me dicen que Tamara Alves, la esposa de Toranzo, estaba con algún temita de ataque de pánico, entonces tenía que ser muy cauteloso, tratar de que no dijera nada. Entonces lo primero que hice fue salir al aire, en ese momento estaba Gonzalo Bonadeo, espero que lo haya tomado bien esto, que no se haya enojado, pero dije que estaban internando a Toranzo y a Mendoza con alguna herida menor, pero no corrían riesgo de vida. Lo primero que quise dar fue tranquilidad, y descartar que se pueda morir alguno de los dos, porque hubo un accidente con un vuelvo de auto. A partir de ahí, hubo una tranquilidad absoluta. Después si era una amputación parcial, total, solo un corte en el pie, empeine o talón, eran detalles. No es mentir, pero lo omití en ese caso, porque había tanta desinformación, que yo lo único que quería era que la familia de ellos esté tranquila. Objetivo cumplido porque después en Fox y en La Red, empezaron a decir que le habían amputado los pies, y por esa barbaridad que se dijo al aire, a mi hoy me quieren más.
Con las redes sociales, la verdad que yo soy una de las personas que me doy mucha maña. Estoy todo el tiempo a la vanguardia de lo que viene, se usa, de cómo mejorar. Sé que le tengo que dar un poco más de importancia, pero con tanto trabajo se hace difícil, no solo el trabajo de Tyc sino otras cosas    que nosotros siempre hacemos aparte. Me informo mucho con Twitter, me encanta. Para informarte me parece genial. El Instagram no lo uso para informarme, sino para otro tipo de cuestiones, pero sí lo uso para informar. Facebook también.  Tengo esas tres redes sociales en un 90% para brindar información, como redes sociales laborales, y en un 10% también pongo cosas de mi vida privada porque te hace estar un poco más cerca con la gente. Me parece eso. No es tan mecanizado, ni robotizado, sino sería como que lo está manejando un Community Manager. Me gusta ser como soy, y mostrarme como soy. 
La credibilidad no me parece que sea de la red social en sí, pero sí le doy credibilidad a las personas que escriben en esas redes y por ahí pasa un poco el hecho de saber a quien leer, porque creo que hay gente muy creíble en Twitter, eso se ha generado con el paso del tiempo.

¿Interactuás con tus seguidores?

-Todo el tiempo. Soy de responder siempre. Si me insultan mucho no. A veces pasa porque hay mucha gente que se enoja, sobretodo en Twtter que es una red que no se respeta tanto. Vaya uno a saber por qué. Porque uno pone una foto en Instagram y la misma información que puso en Twitter y en Twitter aparece gente contenta, enojada y en Instagram nadie te va a insultar. Quizás Twitter está hecha para satisfacer el deseo de expresarse que tiene el ser humano que es hablar, decir. Quizás pasa por ahí. Incluso cuando me insultan, siempre respondo. Nunca bloqueé a nadie, tengo un récord, 0 bloqueos en muchos años. Asique la gente que me insulta se debe aburrir porque yo no los insulto, siempre les respondo con respeto. Trato de hacerles entender que por más que no piensen igual, hay otra forma de hablar, y por más que no esté de acuerdo con la información que dé, se puede discutir, y siempre que puedo me pongo a responder. A veces son muchos los mensajes que me llegan pero siempre que puedo respondo.

¿Crees que, con la invención del periodismo digital, es un aporte positivo o negativo para el 
periodista?

-Es muy positivo. El desembarco digital es sumamente positivo. Hay que tratar de darle un buen uso porque a veces, la desesperación de decir las cosas y la velocidad que tiene la noticia, a veces genera equivocaciones graves. Yo creo que con el desembarco digital, la primicia se la llevaron las redes sociales. La primicia como tal, dejó de existir, es así. Yo atravesé el cambio de que no haya redes sociales, a que ahora tengamos un mundo lleno de éstas. Antes uno tenía una infomación y la podía guardar uno o dos días, masticar, expandir, generar diversas ramas con esa misma noticia. Hoy no. Hoy automáticamente, se enciende la mecha en Twitter y se dispara para todo el mundo y es muy difícil guardar algo. Hay que saber convivir con eso. Hoy la primicia dejó de existir. Por un lado está buenísimo porque la velocidad informativa es grande, mientras el uso sea bueno, va a ser genial. Pero por otro lado también me preocupa porque yo trabajo en un canal de televisión y siento que todos los caminos conducen a que la tele se deje de ver. Eso a la larga también me preocupa, porque es el trabajo que tengo. Todas las personas que conozco que son menores de quince años, no miran televisión, están o con el celular o la tableta donde miran el video que quieren, en el horario que quieren. No hay chance que esperen hasta un determinado momento u horario para ver un programa porque después ven los mejores videos de ese programa o tal página que lo reproduce, el youtubber que los pasa. Creo que el cambio va a ser mucho más grande. Todavía lo estamos procesando. No sé para donde vamos a disparar, pero lo que sí se me viene a la cabeza es que la tele se está viendo cada vez menos.

¿Con el periodismo tradicional sentís la misma sensación de que dentro de poco va a desaparecer?

-Hace unos meses hubo un hecho muy puntual en Estados Unidos que demarcó que el papel en Argentina tiene poca vida. Y es que decretaron el final de la era del periódico del papel. Esto en EEUU se decretó. Ya no hay más. Es solo digital. Entonces dieron el puntapié inicial e imaginamos que se va a copiar en muchos países. Hoy lo que hace subsistir a los darios en Argentina es que la pauta publicitaria de un diario de domingo sigue siendo muy alta y que los sponsors la pagan. Por darte un caso, Perfil, por ejemplo, tiene una pauta de diario de domingo quizás de 100 mil pesos y la página es imposible que cobre eso por un aviso o una pauta. Hoy la diferencia sigue siendo grande, especialmente por el diario del domingo, que es el que más se suele comprar, pero es una cuestión ya de generaciones. Yo hace años que dejé de comprar el diario, no lo leí nunca más. Lo leo por el celular, con la computadora. Me parece mucho más práctico, gratuito y no tengo que esperar al día siguiente a ver qué pasa. Acá nos llegan algunos diarios, entonces a veces está bueno leer algunas entrevistas, algo más puntual pero recién te dije que la televisión tiene tendencia a desaparecer en lo mediato o largo plazo, el diario ya es inmediato. No va a faltar mucho para que el diario deje de existir.

¿Sos de leer mucho? No solo libros que te informen sobre algún deporte en especial que quieras saber, sino más allá de lo periodístico.

-Sí. Me encanta. Soy un apasionado de la lectura. La verdad que cuando me mudé a vivir solo y dejé la casa de mis viejos, tuve que sacrificar la biblioteca porque estoy viviendo en un departamento chico y no me entran los libros pero sí, me gusta mucho. Leo mucho sobre filosofía. En especial sobre Arthur Schopenhauer o Friedrich Nietsche que son mis dos autores preferidos. Leí muchísimo sobre ellos. Novelas, de Borges también leí algunos cuentos que tiene. Pero cuando tengo que salir del deporte, a veces me gusta leer novelas más rápidas, por ejemplo, el autor del Código Da Vinci, novelas policiales o cuestiones así me gusta mucho. Pero si tengo que elegir algo de todo lo que leí, voy por la filosofía. Me gusta mucho.

¿Crees que leer, para instruirte, es la mejor herramienta que uno debe tener como periodista deportivo, o se puede prescindir de eso?

-No. Es indispensable la lectura para mí. Mientras más lees, mejor escribis y mejor hablas. Eso también es un problema, porque hoy leemos tanto por redes sociales, que leemos muchos errores de ortografía y a veces la cabeza incorpora mal. Pero los libros, que hoy también se pueden leer de forma digital, es muy fácil. De todas formas, el olor a libro nuevo para mí es único. Es brillante. Pero la lectura es un factor indispensable, por la escritura, por cómo uno puede hablar y la utilización de palabras, aprender sinónimos que quizá nunca habías escuchado ni leído en tu vida. Siempre hay que tomar a la gente que escribe bien. Sacch eri por ejemplo, es un escritor que lo ha hecho relacionado al fútbol y la verdad que es buenísimo y es nuestro, es argentino, asique es para copiar. Ni hablar de los escritores de antes, que si bien tienen otra forma de hacerte llegar, que puede ser menos atractivo pero no deja de ser notable la pluma y no deja de hacer que uno aprenda a mares de hacer lo que escriben porque fueron únicos. Entonces, creo que hay que aprender también de ellos.

¿Soñas, en algún corto lapso o a futuro relatar o comentar, en cadena televisiva, o tenes alguna otra meta a cumplir?

-A mí me encantaría comentar. Lo hago. Lo he hecho también. Ahora con la posibilidad que te da TycSports Play, lo hice muchas veces con los partidos del ascenso especialmente, pero el sueño de comentar en un mundial está. No me lo va a sacar nadie. Y si no se da, pelearemos por otros sueños, no importa, pero me encantaría comentar los partidos de Primera, las Ligas Europeas o a la selección argentina. Yo creo que es una de las pequeñas ramas de tantas cosas que tiene el periodismo deportivo porque es muy grande todo lo que hay para hacer, pero de todo lo que hice, yo hice todo. Adentro hice todo. Desde llevar un trípode a editar, hacer crónicas o copetes, sentarme en un escritorio, pararme en un plasma para hablar en un estudio, ser panelista. Hice todo.

¿Te arrepentís de algo en tu carrera?

-No. Hablando un poco de antes de lo que me preguntaste sobre la lectura, Nietzche dice que “no hay que arrepentirse, hay que cambiar el así fue por el así lo quise”. Si hay algo que yo tomé una decisión para tal lugar o para otro, fue porque creí que en ese momento era lo mejor para mí. No hay que arrepentirse.


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