Patricio Burlone es un periodista deportivo quien forma parte del elenco de Sportia, es uno de los cronistas de Paso a Paso, quien confesó ser el más antiguo de este programa, dio su punto de vista sobre el aporte de las redes sociales para el periodista, además de mostrarse como un apasionado de la lectura, más que nada, la filosofía. Aquí la entrevista completa.
Fuiste pasante en Tycsports, ¿Esta fue siempre tu
vocación, hiciste alguna carrera anteriormente para interiorizarte, o
viniste a probar suerte a que se te abra una puerta?
-Hay un tema con la vocación porque cuando uno tiene quince,
dieciséis, diecisiete, que es generalmente cuando uno empieza a elegir la
carrera, hay algún atisbo, indicio de lo que a uno le gusta, pero es muy
difícil elegir para el resto de tu vida algo que quieras estudiar y trabajar,
porque son dos cosas completamente distintas. Una cosa es lo que a uno le gusta
estudiar y la otra es que a uno también le guste trabajar de esto, son cosas
diferentes. En mi caso, yo sabía que pasaba por el deporte, estaba entre el
profesorado de educación física o hacer periodismo volcado al deporte y la
verdad que entré con nulo conocimiento del periodismo y lo que aprendí en la
escuela de periodismo deportivo, fue que antes que el deporte, te tiene que
gustar el periodismo. A mi me gustaba mucho escribir, leer, comunicar a veces
inconscientemente. Por ejemplo, iba a jugar al fútbol con mis amigos y hacía
crónicas y era el único que me la pasaba haciendo eso, o relatar algún partido.
Entonces me surgió la pasantía acá en Tycsports y la verdad que entré acá y me
encantó y fue como mágico, fue una conexión instantánea, yo entré acá y dije de
acá no me muevo, me quedaba diez, once horas en el canal, no volvía a mi casa
nunca y por suerte quedé.
De todos los equipos que te tocó cubrir, ¿Cuál fue el mejor, el que
más recordas?
-Yo tengo cobertura diaria para lo que es el noticiero de
Tyc o Estudio Fútbol, lo hice con Huracán, Quilmes, Banfield. Con Paso a Paso cubrí
campañas de Estudiantes del 2006 por ejemplo, con el “Cholo” Simeone, me tocó
cubrirla casi toda entera a mi. Fue uno de mis primeros trabajos. Entonces me
quedó muy marcada porque me mandaban siempre a cubrir a Estudiantes y encima
para Paso a Paso que se cubre de otra forma, no es la información tan estricta
diaria y eso me marcó mucho. Después en el día a día, creo que el Huracán de
Dominguez que llegó a la final de la Copa Sudamericana. Ese equipo, por todo lo
que vivió en ese año con el accidente. Ahí se generó algo insólito que traspasó
mi trabajo con el club, porque después del accidente yo iba al sanatorio e iba
a ver como estaba Toranzo y Mendoza, y no tenía una cámara, ni grabador. Iba
solamente por dos personas que estaban sufriendo y que a mi me habían puesto
muy mal, muy triste porque estaban por perder la carrera. Entonces yo iba y me
quedaba hasta las tres de la mañana hablando con los familiares y creo que por
esto que se generó, es el club y la cobertura que más me marcó.
Ahora que hablaste de Paso a Paso, vos haces los informes,
¿En qué parte sabes cuándo poner el sentido humorístico, cuándo informar, y
cuándo la parte más seria?
-Soy el más viejo haciendo Paso a Paso hoy asique aunque no
sea viejo, soy el que más tiempo lleva
haciéndolo de los que están hoy. La
experiencia te lo da eso también un poco. Pero no es fácil lo que preguntas
vos, creo que es de lo más difícil y los errores más grandes que tenemos hoy en
el programa vienen por ese lado. A veces confundir una noticia que puede ser
sensible, tomada con cierto humor. Siempre está desdramatizar en Paso a Paso y
bajarle un cambio a todos los conflictos, a la discusión y a la polémica. Creo
que por eso la gente nos elige bastante porque los domingos a la noche hay demasiado
griterío, noticias sucias y Paso a Paso es pulcro en ese sentido y mucho más
futbolero. Hay que pensar. No sé cuál es el motivo que te lleva a decidir si
esto se toma de forma seria o de una forma más risueña, pero no tendría una
receta para decirte pero entran en juego muchas cosas, la ética periodística,
la persona que hace el informe. En mi caso, por ejemplo, nunca me miran un
informe antes que salga al aire, es decir, me tiene mucha confianza el
productor, nunca se pone a mirarlo antes y el informe se hace. Me dice que haga
entre tantos minutos y va al aire. Yo puedo decir cualquier barbaridad y nadie
lo mira, porque me tienen confianza ya de tantos años. Creo que es una buena
pregunta y es difícil de conseguir eso pero es todo con experiencia, me voy a
quedar con eso. Creo que a la larga sabes qué tema es serio y dónde se jode, el
jugador sabe también si pifió una pelota y se cayó y dio tres vueltas carnero
pifiándole a la pelota, la gente que se le ríe, no se va a enojar por un chiste
que nosotros hagamos. Ahora, si hay un tema candente con la barrabrava, o una
persona que está herida, hay que hablar serio. Eso se puede palpar.
¿Es muy difícil sacar el casette al jugador a la hora de
entrevistar?
-Sí. Sí, es difícil. La verdad que sí. De todas formas
nosotros hacemos un estudio de mercado previo en donde sabemos en los
planteles, dos o tres jugadores que siempre hablan sin casette o que suelen
tener más confianza para hacer las notas o tienen la famosa honestidad brutal
para hablar. En los informes de Paso a Paso se apunta mucho a ver las mismas
caras cuando se puede, más que nada en los equipos más chicos que habla
cualquiera, en los grandes habla uno en conferencia de prensa, uno con todos
los demás y quizás no podemos hacer más notas, pero siempre se repiten muchas
caras. Por ejemplo, cuando gana Tigre, sabes que Troglio va a hablar con
nosotros mano a mano, Alfaro lo mismo con Gimnasia, Caruso Lombardi o si gana
Temperley y le va bien, Boggino es una persona que tiene buena onda, y así
siempre vas teniendo dos o tres que se saquen el casette. Gastón Aguirre es
otro también. Se me vino Temperley a la cabeza porque las veces que gana es un
show. Después también tiene que ver mucho con la persona que va a la cancha,
porque esto es un trabajo que hace el productor, de saber qué periodista es
bueno para qué partido. Así como las designaciones o un entrenador sabe quién
es bueno jugando de lateral por la derecha o marcando, haciendo goles, acá pasa
lo mismo. Yo tengo un estilo muchísimo más serio que quizás el que puede tener
Juan Pablo Marrón a la hora de hacer un informe, o Omar Porcel, vos sabes que
ellos van a buscar más humor, otro tipo de informe y a mí me gusta quizás ver
más las cuestiones tácticas o temas de filosofía futbolera. Son gustos y cada
uno lo hace a su manera, ninguno está mal, ni bien, es como nos sale mejor a
cada uno y es donde exprime y explota el productor eso que piensa antes del fin
de semana qué es mejor para cada partido.
¿Te tocó vivir alguna situación incómoda, algún barrabrava
que apareció y tuviste que cortar la nota, algún dirigente que te vino a
increpar?
-Sí. Miles. Varias veces nos pasó de eso. Ahora se me vino a
la cabeza un Chicago – Tigre, cuando Tigre tenía que ascender en la cancha de
Chicago que encima estaba ganando, el partido se suspendió, entró la gente al
campo de juego, yo estaba haciendo una nota justo hablando de la suspensión del
partido y vinieron los barras directamente a pegarle a jugadores de Chicago que
en ese momento estaban descendiendo. Obviamente me dejaron la nota parada,
salieron corriendo, yo también, agarré el trípode. Increparme en notas,
también. Muchas veces. Cuando hacemos generalmente previas, me ha pasado. Una
vez me pasó haciendo una previa en vivo, un partido Quilmes – Racing, que la
gente de Racing quería que pierda su equipo porque Independiente estaba
peleando por descender y entonces yo le preguntaba a los hinchas si querían que
Racing gane o pierda, y me contestaban que tenía que ganar. De repente cayeron
un grupo de barras tapados y se me acercó uno por atrás y me agarró de la mano
fuerte el micrófono y me dijo, si hoy Racing gana, se pudre todo y salió todo
eso al aire. Son cosas del fútbol. Se convive con eso. Quizás no al aire, pero
sí después de una nota, de decir algo al aire, que me rompan el celular a
mensajes, dirigentes, jugadores, la gente que no le cae bien cuando uno da una
información. Nosotros acá, a veces contamos verdades y a veces la verdad duele.
Como dijiste que se convive con esto, aunque es una
problemática que está en el tema del periodismo deportivo, ¿Cómo es la primer experiencia,
sentís que llegaste hasta los medios pero no es lo que creías que era o te vas
acostumbrando con el tiempo?
-Te vas acostumbrando, pero hay que pelear por esto. No hay
que dejar que pase todo el tiempo. Hay que denunciarlo públicamente desde nuestro
lado. Siempre que se puedan contar las cosas, que hay barras en un
entrenamiento, hay que contarlo, que existe una convivencia entre dirigentes y
barras, hay que contarlo. La verdad que hay que tratar de desenmascarar todas
estas cosas. Es verdad que nosotros a veces somos víctimas de operaciones, porque
en la búsqueda de la información, cuando uno habla con los dirigentes o
representantes, jugadores, muchas veces, por intereses personales, a nosotros
nos dicen alguna información falsa. Esto es algo que puede pasar. En los
primeros años pasa bastante. Nos equivocamos más de lo que nos gustaría y
después le agarras la mano y te das cuenta que hay que chequear por dos lugares
distintos, volver a re-chequear, saber en quién confiar, en quién no. Vas
haciendo una cartera de gente valiosa en quien confiar sabiendo que no te
mandan la información cambiada y se aprende, de los errores también se aprende.
Es muy difícil ser certero al cien por cien, porque las cosas pasan. Es una
cuestión de educación que tenemos los argentinos de ser ventajeros. En el
fútbol hay mucha corrupción dando vuelta, entonces, a veces nosotros caemos.
Muchas veces porque somos ingenuos, y otras veces buscado.
¿Cuándo eras chico, tenías algún ídolo como jugador o como
técnico?
-Siempre fui un admirador del fútbol europeo y el
internacional. Me fascinaba mirar a la selección alemana. De finales de los 90,
que era muy chico y los miraba, y posterior también. Me voy a inclinar por los
tres jugadores alemanes que nutrieron al Inter de finales de los 80, como
Lottar Matthaus, Jürggen Klinsmann y Andreas Brehme, siempre fueron como
emblemas del fútbol que a mi me gustaba ver, el que me contagieron y me
despertaron la pasión por el fútbol. En mi caso vino por el fútbol de afuera,
no vino por el local. La verdad que yo fui a muchas canchas de chico, nunca fui
hincha de un club porque tengo toda mi familia dispersa. Entonces acompañaba a
uno u otro y siempre me gustó y eso a la hora de inclinarme por el periodismo,
de opinar o tratar de ser mucho más parcial, es muy difícil ser plenamente
parcial, pero me ayudó mucho eso. Por eso le agradezco también a mi familia por
intentar llevarme a todas canchas de chico, pero a mí lo que me influenció fue
el fútbol internacional.
¿Cómo es llevar la objetividad a la hora de informar, cuando
hablas de tu equipo, dejar el hincha de lado, sacarte la camiseta como se dice
en la jerga futbolística?
-Conozco casos de los dos. Está el periodista que empieza a
trabajar en algún medio todos los días con opinión con ánimo y están los dos
casos, el que deja de ser hincha tranquilamente y le es muy fácil, y el que se
vuelve mucho más hincha de lo normal y se le dificulta totalmente hablar de su
equipo. La verdad que están los dos extremos. Es muy difícil encontrar algún
punto medio. Como te contaba antes, mi caso es muy fácil, entonces no tengo ni
que hacer un esfuerzo por la parcialidad por lo que te contaba con mi
influencia desde el fútbol de afuera.
¿Cuándo te encariñas con un técnico, con algún jugador, que
le está yendo mal, te cuesta más criticar o no?
-No. Porque a nosotros nos enseñan que cuando uno cubre a un
equipo, ese equipo es tu empresa. Obviamente que si cubrís a River o Boca, vas
a tener aire todos los días y noticias todos los días por una cuestión lógica
de lo que la gente pide. A los que les tocan cubrir otros clubes, vos tenes que
hacer que trascienda ese club en los medios. ¿Cómo haces que trascienda? Con noticias
buenas o malas. Es un ejercicio del periodista estar todo el tiempo buscando
qué pasa en el club. Yo no creo que siempre venda lo malo, como muchos dicen.
Lo que pasa es que hay clubes que están tan mal administrados que siempre pasan
cosas malas entonces si los últimos años, cada vez que hablábamos de Quilmes, hablábamos
de falta de pago, paros, huelga de jugadores, operaciones sucias, plata por
izquierda en el mercado de pases, por algo será. No es que ocultábamos las
cosas buenas, es porque pasaba todo el tiempo esto. Estaba en mí ese caso,
descubrir esas cosas y una vez que las descubre, tiene más aire, más
información, se le da más importancia a ese club. Con Huracán lo mismo,
Banfield o el que le toque cubrir. Si hay clubes que no tienen mucha participación
en los noticieros, más allá que no tenga tantos seguidores, o que esté medio
planchado, hay que preguntarse si no es un defecto del periodista que lo cubre
que no está despierta para encontrar las cosas. Si el club aparece mucho, es
porque el periodista está despierto.
Centrándonos en las redes sociales, mencionaste
anteriormente lo que pasó con Quilmes y Huracán, el accidente que sufrieron más
que nada Toranzo y Mendoza, se corrieron muchos rumores y noticias que no eran
ciertas, ¿Con qué noticia te quedaste y creíste que era la más verídica, ya que
siempre puede haber calumnias, noticias falsas, más allá de que estabas
cubriéndolo en ese entonces, proveerte de otra información para saber si era
cierto? ¿Con qué redes sociales te informas, a cuál crees que le das más
credibilidad?
-Voy a empezar por el caso de Toranzo porque acá tengo que
confesar que yo mentí. Cuando ocurre el accidente, obviamente yo fui el primero
en enterarme lo que pasó, por más que no haya viajado, por la cercanía que yo
tenía con muchos de los familiares, la institución y los propios dirigentes y
los directivos que estaban en el viaje, yo soy de los pocos medios que va
siempre y que viaja siempre con el plantel de Huracán porque la verdad que
TycSports apuesta mucho a que el cronista del club se haga fuerte y una lazos
en ese tipo de viajes . Entonces, gracias a eso, yo hice muchas buenas
relaciones en este tiempo y lo primero que yo me entero es que Toranzo tenía
los dedos comprometidos. A mí lo primero que me dicen es eso. También me dicen
que Tamara Alves, la esposa de Toranzo, estaba con algún temita de ataque de
pánico, entonces tenía que ser muy cauteloso, tratar de que no dijera nada.
Entonces lo primero que hice fue salir al aire, en ese momento estaba Gonzalo
Bonadeo, espero que lo haya tomado bien esto, que no se haya enojado, pero dije
que estaban internando a Toranzo y a Mendoza con alguna herida menor, pero no
corrían riesgo de vida. Lo primero que quise dar fue tranquilidad, y descartar
que se pueda morir alguno de los dos, porque hubo un accidente con un vuelvo de
auto. A partir de ahí, hubo una tranquilidad absoluta. Después si era una
amputación parcial, total, solo un corte en el pie, empeine o talón, eran
detalles. No es mentir, pero lo omití en ese caso, porque había tanta
desinformación, que yo lo único que quería era que la familia de ellos esté tranquila.
Objetivo cumplido porque después en Fox y en La Red, empezaron a decir que le
habían amputado los pies, y por esa barbaridad que se dijo al aire, a mi hoy me
quieren más.
Con las redes sociales, la verdad que yo soy una de las
personas que me doy mucha maña. Estoy todo el tiempo a la vanguardia de lo que
viene, se usa, de cómo mejorar. Sé que le tengo que dar un poco más de
importancia, pero con tanto trabajo se hace difícil, no solo el trabajo de Tyc sino
otras cosas que nosotros siempre
hacemos aparte. Me informo mucho con Twitter, me encanta. Para informarte me
parece genial. El Instagram no lo uso para informarme, sino para otro tipo de
cuestiones, pero sí lo uso para informar. Facebook también. Tengo esas tres redes sociales en un 90% para brindar información, como redes sociales laborales, y en un 10% también
pongo cosas de mi vida privada porque te hace estar un poco más cerca con la
gente. Me parece eso. No es tan mecanizado, ni robotizado, sino sería como que
lo está manejando un Community Manager. Me gusta ser como soy, y mostrarme
como soy.
La credibilidad no me parece que sea de la red social en sí,
pero sí le doy credibilidad a las personas que escriben en esas redes y por ahí
pasa un poco el hecho de saber a quien leer, porque creo que hay gente muy
creíble en Twitter, eso se ha generado con el paso del tiempo.
¿Interactuás con tus seguidores?
-Todo el tiempo. Soy de responder siempre. Si me insultan
mucho no. A veces pasa porque hay mucha gente que se enoja, sobretodo en Twtter
que es una red que no se respeta tanto. Vaya uno a saber por qué. Porque uno
pone una foto en Instagram y la misma información que puso en Twitter y en
Twitter aparece gente contenta, enojada y en Instagram nadie te va a insultar.
Quizás Twitter está hecha para satisfacer el deseo de expresarse que tiene el
ser humano que es hablar, decir. Quizás pasa por ahí. Incluso cuando me
insultan, siempre respondo. Nunca bloqueé a nadie, tengo un récord, 0 bloqueos
en muchos años. Asique la gente que me insulta se debe aburrir porque yo no los
insulto, siempre les respondo con respeto. Trato de hacerles entender que por
más que no piensen igual, hay otra forma de hablar, y por más que no esté de
acuerdo con la información que dé, se puede discutir, y siempre que puedo me
pongo a responder. A veces son muchos los mensajes que me llegan pero siempre
que puedo respondo.
¿Crees que, con la invención del periodismo digital, es un
aporte positivo o negativo para el
periodista?
-Es muy positivo. El desembarco digital es sumamente
positivo. Hay que tratar de darle un buen uso porque a veces, la desesperación
de decir las cosas y la velocidad que tiene la noticia, a veces genera
equivocaciones graves. Yo creo que con el desembarco digital, la primicia se la
llevaron las redes sociales. La primicia como tal, dejó de existir, es así. Yo atravesé
el cambio de que no haya redes sociales, a que ahora tengamos un mundo lleno de
éstas. Antes uno tenía una infomación y la podía guardar uno o dos días,
masticar, expandir, generar diversas ramas con esa misma noticia. Hoy no. Hoy
automáticamente, se enciende la mecha en Twitter y se dispara para todo el
mundo y es muy difícil guardar algo. Hay que saber convivir con eso. Hoy la
primicia dejó de existir. Por un lado está buenísimo porque la velocidad
informativa es grande, mientras el uso sea bueno, va a ser genial. Pero por
otro lado también me preocupa porque yo trabajo en un canal de televisión y
siento que todos los caminos conducen a que la tele se deje de ver. Eso a la
larga también me preocupa, porque es el trabajo que tengo. Todas las personas
que conozco que son menores de quince años, no miran televisión, están o con el
celular o la tableta donde miran el video que quieren, en el horario que
quieren. No hay chance que esperen hasta un determinado momento u horario para
ver un programa porque después ven los mejores videos de ese programa o tal
página que lo reproduce, el youtubber que los pasa. Creo que el cambio va a ser
mucho más grande. Todavía lo estamos procesando. No sé para donde vamos a
disparar, pero lo que sí se me viene a la cabeza es que la tele se está viendo
cada vez menos.
¿Con el periodismo tradicional sentís la misma sensación de
que dentro de poco va a desaparecer?
-Hace unos meses hubo un hecho muy puntual en Estados Unidos
que demarcó que el papel en Argentina tiene poca vida. Y es que decretaron el
final de la era del periódico del papel. Esto en EEUU se decretó. Ya no hay
más. Es solo digital. Entonces dieron el puntapié inicial e imaginamos que se
va a copiar en muchos países. Hoy lo que hace subsistir a los darios en
Argentina es que la pauta publicitaria de un diario de domingo sigue siendo muy
alta y que los sponsors la pagan. Por darte un caso, Perfil, por ejemplo, tiene
una pauta de diario de domingo quizás de 100 mil pesos y la página es imposible
que cobre eso por un aviso o una pauta. Hoy la diferencia sigue siendo grande,
especialmente por el diario del domingo, que es el que más se suele comprar,
pero es una cuestión ya de generaciones. Yo hace años que dejé de comprar el
diario, no lo leí nunca más. Lo leo por el celular, con la computadora. Me
parece mucho más práctico, gratuito y no tengo que esperar al día siguiente a
ver qué pasa. Acá nos llegan algunos diarios, entonces a veces está bueno leer
algunas entrevistas, algo más puntual pero recién te dije que la televisión
tiene tendencia a desaparecer en lo mediato o largo plazo, el diario ya es
inmediato. No va a faltar mucho para que el diario deje de existir.
¿Sos de leer mucho? No solo libros que te informen sobre
algún deporte en especial que quieras saber, sino más allá de lo periodístico.
-Sí. Me encanta. Soy un apasionado de la lectura. La verdad
que cuando me mudé a vivir solo y dejé la casa de mis viejos, tuve que
sacrificar la biblioteca porque estoy viviendo en un departamento chico y no me
entran los libros pero sí, me gusta mucho. Leo mucho sobre filosofía. En
especial sobre Arthur Schopenhauer o Friedrich Nietsche que son mis dos autores
preferidos. Leí muchísimo sobre ellos. Novelas, de Borges también leí algunos cuentos
que tiene. Pero cuando tengo que salir del deporte, a veces me gusta leer
novelas más rápidas, por ejemplo, el autor del Código Da Vinci, novelas policiales
o cuestiones así me gusta mucho. Pero si tengo que elegir algo de todo lo que leí,
voy por la filosofía. Me gusta mucho.
¿Crees que leer, para instruirte, es la mejor herramienta
que uno debe tener como periodista deportivo, o se puede prescindir de eso?
-No. Es indispensable la lectura para mí. Mientras más lees,
mejor escribis y mejor hablas. Eso también es un problema, porque hoy leemos
tanto por redes sociales, que leemos muchos errores de ortografía y a veces la
cabeza incorpora mal. Pero los libros, que hoy también se pueden leer de forma
digital, es muy fácil. De todas formas, el olor a libro nuevo para mí es único.
Es brillante. Pero la lectura es un factor indispensable, por la escritura, por
cómo uno puede hablar y la utilización de palabras, aprender sinónimos que
quizá nunca habías escuchado ni leído en tu vida. Siempre hay que tomar a la
gente que escribe bien. Sacch eri por ejemplo, es un escritor que lo ha hecho
relacionado al fútbol y la verdad que es buenísimo y es nuestro, es argentino,
asique es para copiar. Ni hablar de los escritores de antes, que si bien tienen
otra forma de hacerte llegar, que puede ser menos atractivo pero no deja de ser
notable la pluma y no deja de hacer que uno aprenda a mares de hacer lo que
escriben porque fueron únicos. Entonces, creo que hay que aprender también de
ellos.
¿Soñas, en algún corto lapso o a futuro relatar o comentar, en
cadena televisiva, o tenes alguna otra meta a cumplir?
-A mí me encantaría comentar. Lo hago. Lo he hecho también.
Ahora con la posibilidad que te da TycSports Play, lo hice muchas veces con los
partidos del ascenso especialmente, pero el sueño de comentar en un mundial
está. No me lo va a sacar nadie. Y si no se da, pelearemos por otros sueños, no
importa, pero me encantaría comentar los partidos de Primera, las Ligas
Europeas o a la selección argentina. Yo creo que es una de las pequeñas ramas
de tantas cosas que tiene el periodismo deportivo porque es muy grande todo lo
que hay para hacer, pero de todo lo que hice, yo hice todo. Adentro hice todo.
Desde llevar un trípode a editar, hacer crónicas o copetes, sentarme en un
escritorio, pararme en un plasma para hablar en un estudio, ser panelista. Hice
todo.
¿Te arrepentís de algo en tu carrera?
-No. Hablando un poco de antes de lo que me preguntaste
sobre la lectura, Nietzche dice que “no hay que arrepentirse, hay que cambiar
el así fue por el así lo quise”. Si hay algo que yo tomé una decisión para tal
lugar o para otro, fue porque creí que en ese momento era lo mejor para mí. No
hay que arrepentirse.
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