Claudio Guerra es un jugador con una gran trayectoria en el fútbol argentino, especialmente Huracán, Defensa y Justicia, Defensores de Belgrano y Unión, clubes por donde más transitó en su carrera. También pasó por el exterior jugando en Chile y Ecuador. El delantero, quien confesó que comenzó siendo arquero, habló acerca del camino para llegar a Primera y otras cuestiones. Acá la entrevista completa.
Empezando desde chiquito, ¿Siempre tuviste el deseo de ser
futbolista o tenías otra vocación o te inspiraba otra cosa además del fútbol?
-No, uno nace con eso. Lo que más me gustaba era jugar.
Empecé siendo arquero de los cinco hasta los doce años, después dejé el puesto
porque era chico y en el arco me hacían muchos goles, no disfrutaba mucho. Ahí
empezó mi carrera como jugador de campo. La verdad que me fue gustando mucho y
me di cuenta que era lo que yo quería.
¿Cómo es la adaptación a medida que vas pasando de
inferiores hasta llegar a Primera y cómo es la sensación de debutar?
-El proceso es duro porque tenes que convivir y padecer
cosas que la gente no sabe, que cree que el fútbol es solamente jugar, que te
da plata y todo lo que abarca esta profesión, pero el camino para llegar es difícil,
muy duro y trae mucho esfuerzo. La verdad que cuando uno logra la satisfacción
de debutar, que muchos no lo han logrado, es una satisfacción de saber de que
valió la pena. Después está en la mentalidad de uno de poder lograr algo para
que pueda ayudar a su familia, darle un bienestar a sus hijos. Eso también es
algo que se puede lograr, pero que no todos hacen. Es una cuestión de
constancia, de seguir y de luchar. Por ahí, no todos somos tocados con la
varita mágica para ser futbolistas.
Tuviste muchos pasos fugaces en los clubes a medida que ibas
transitando tu carrera, ¿A qué se debe esto? De todos los equipos, ¿Cuál sentís
que te adaptaste mejor y encontraste tu sentido de pertenencia?
-Es una pregunta difícil. Yo creo que en Unión de Santa Fe
fue donde lo encontré. La ciudad, mi familia, mi señora y mi hijo son de ahí, mi
familia también. El poder ir a la cancha después de estar tanto tiempo afuera,
la verdad que me sentí muy bien en el club, la gente me ha tratado muy bien.
Pero no puedo dejar afuera a Defensa y Justicia porque también hemos formado un
plantel que hasta el día de hoy nos seguimos hablando y ni hablar de Defensores
de Belgrano. Ahí es donde me dieron la posibilidad para que me pueda mostrar, y
hablando futbolísticamente yo creo que jugar como jugué en Defensores de
Belgrano...no tenía ninguna lesión, ningún problema en la rodilla, estaba
entero. Fue donde mejor jugué. Donde yo me sentí muy bien. Después, obviamente
que el ascenso con Defensa y Justicia y con Unión, me rodeó de jugadores que
juegan realmente muy bien, pero donde yo me sentí pleno fue ahí.
Hablando del ascenso como bien mencionaste antes, pasaste
por tres ascensos en tu carrera. ¿Cuál de ellos disfrutaste más y por qué?
-El ascenso con Huracán yo lo viví como muy raro la verdad,
porque me tocó lesionarme justo en la Promoción y la verdad que no había
participado mucho del equipo. Era un equipo muy especial. Yo era muy chico
también y la verdad que no lo disfruté a pleno. Yo creo que el de Defensa y
Justicia fue el que más disfruté porque había mucho compañerismo, era un equipo
muy fuerte, muy unido. Como te decía recién,
nos seguimos manteniendo en contacto el día de hoy, la verdad que haber
logrado un ascenso histórico como el que logramos fue algo hermoso. Después,
también el de Unión de Santa Fe, por todo lo que implica lo que te dije recién,
que toda mi familia es hincha de Unión, que pudieron estar ahí presentes
viéndolo desde adentro y la verdad que fue redondo.
Tuviste la oportunidad de además de jugar en Argentina,
jugar en el exterior como es Ecuador y Chile. ¿En cuál de los dos te sentiste
más cómodo? ¿Es diferente la experiencia de jugar en otro país?
-Es diferente en el sentido de que el fútbol chileno es muy
ofensivo, dinámico. Los partidos terminan con muchos goles a favor y en contra.
Los equipos no se preocupan como en Argentina que sean resultadistas, son
equipos que les gusta tener mucha dinámica en el juego. El fútbol ecuatoriano
hay mucha altura, a mi me tocó jugar en Quito, que son 2900 de altura, sacando
esa complicación, el fútbol es muy fuerte y muy parecido a lo que es la B
Nacional acá. Es una combinación de la B Nacional con Primera División. Un
juego bastante fuerte, los defensores son fuertes por su contextura física y
buscan mucho el roce. Son jugadores muy explosivos y por ahí eso se complica un
poco para nosotros. Donde mejor jugué fue en Ecuador. Me tocó jugar doce
partidos e hice seis goles asique creo que ahí es donde mejor rendí.
Sos un jugador que atravesó en su carrera la Primera, la B
Nacional y la B Metropolitana. ¿Qué categoría crees que es la más difícil y
donde más se lucha?
-La B Metropolitana. Seguramente. No solamente porque sea la
3er. Categoría del fútbol argentino, sino porque es muy raro encontrar equipos
que quieran salir a jugar, arriesguen y que permitan que sean un poco más
vistosos los partidos. Son muy resultadistas. Se busca solamente el empate o
ganar. La B Nacional ya está modificando. Aparecen equipos que buscan un juego
mucho más colectivo, que juegan y arriesgan un poco más, son más competitivos.
Espero que mejore la B Metro así la gente se entusiasma un poco más y no sean
partidos aburridos.
Teniendo 33 años. ¿Cuál fue la lesión que más sufriste y en
donde se te cruzaron pensamientos negativos por la cabeza?
-La única lesión grave que tuve en la rodilla fue en el
2007. Me acuerdo que fueron los cruzados cuando logramos el ascenso con
Huracán. Creo que esa fue la más difícil en el sentido de la recuperación que
me llevó mucho tiempo, la verdad que me costó. Pero la última que tuve que me
tuvo a maltraer, que en el día de hoy me la pude sacar gracias a dios. Si uno
piensa que ya está, ya está. Son cosas que a uno lo vuelven a la realidad. El
jugador de fútbol un día estás allá arriba y otro día allá abajo. Hay que
tratar de sobreponerse a eso, luchar, seguir el camino que me llevó hasta acá.
Siempre fui un trabajador en eso. Cuando empezas el proceso de la madurez,
gracias a dios me abrieron las puertas en Defensores de Belgrano, yo tenía la
posibilidad de irme a Independiente Rivadava de Mendoza pero me lesioné un día
antes, me agarró una distensión y el 9 de octubre me salió un déficit en el cuádriceps.
No eran lesiones graves, sino contracturas, distensiones que me dejaban al margen
y de perderme dos partidos o quince días estar parado
¿Pensas retirarte? ¿En qué equipo? ¿Pensaste en hacer el
curso de director técnico?
-Sí. Lo tengo pensado. No lo inicié todavía, pero ya pensé
en eso aunque pienso en lo que yo quiero, que es volver al ruedo, al quilombo,
como bien dicen, y volver a jugar. Quería volver a Defensores de Belgrano no
siendo un jugador retirado ya, quería tratar de hacer las cosas bien y ver si
podíamos hacer algo importante con el club. Quiero devolverles un poco de lo
que ellos hicieron conmigo. Me toca una edad que me siento bien, que estoy
bien, con ganas de entrenar, de ir, de lograr cosas. Pero esperemos
que ahora que me toque jugar, podamos hacerlo de la mejor manera. Para técnico
ya mañana haré el proceso que tenga que hacer y ver si estoy capacitado para
manejar un grupo, si logro eso, ya ahí voy a dedicarme a eso.
De todos los directores técnicos que tuviste. ¿Con cuál te
familiarizaste más?
-Con el que logré un vínculo muy importante fue con el “Tete”
Quiroz. Fue el técnico que me tuvo en Huracán, me sacó también de alguna mala
que tuve y logré un vínculo muy importante. Lo conocí
como técnico, persona y la verdad que me ha dejado mucho que me suma y me dejó
mucho como persona. Yo creo que en esta profesión lo más importante, siempre, es
ser buena persona. Algunos hablan del éxito y otros no, pero como te digo, lo
más importante es ser buena persona.
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