martes, 9 de agosto de 2016

No hay obstáculo que no se pueda vencer



En la vida hay muchos caminos difíciles de atravesar, cada uno nos lleva a definir y dar por cierto que equivocarse es humano, pero no todos creen ni confían en que errar, es aprender. Sabemos que la vida nos pone en circunstancias en las que nos toma por sorpresa. Pero cada una de ellas, es un obstáculo, una señal, una alarma, para entender de alguna forma que detrás del error, del problema, está la solución, la alegría, la consecución de una meta.
En el discurso de hoy, estas palabras nos llevan directamente a lo ocurrido en la universidad de Stanford, en Estados Unidos. Esta tarde, se graduaban los ex-alumnos de la preparatoria del 2005, en donde lograban, a base de esfuerzos, graduarse de la escuela. Todos los presentes, incluídos los padres, parientes y alumnos, querían ese objeto tan sagrado, el diploma.
Nadie de los que estaba presenciando este evento tan importante en la vida de los estudiantes, se creía lo que iba a suceder. Steve Jobs, el hombre de la mente brillante, quien a sus 20 años creó la primera computadora, apareció para dar un mensaje alentador para los oyentes de ese momento.
Las miradas de los estudiantes y familiares de estos, se sorprendieron al ver que alguien tan sorprendente como Steve Jobs, iba a darles un sermón sobre su vida. Algunos se los notaba con esas ganas de querer aplaudir a su hijo, demostrando la felicidad por obtener el diploma de estudio y retornar hacia sus casas, ya que debían estar exhaustos por sus rutinas laborales. Pero cuando el creador de Apple comenzó su discurso diciendo que nunca presenció una graduación, ni terminó sus estudios, ocurrió algo increíble. Todas las miradas sin atención y perdidas en algún sector del escenario, se concentraron en él y todas las voces que se oían en un sinfín, se acallaron para escuchar atentamente al protagonista.
Su discurso lo dividió en tres etapas sobre los momentos que tuvo que atravesar en su vida. El primero, hablaba sobre "conectar los puntos", en donde contó como fue su dura infancia, ya que su madre lo dio en adopción y sus padres adoptivos lo aceptaron más allá de que a poco de que éste nazca, optaron por querer una hija. En este capítulo dio énfasis sobre el tiempo que perdía intentando descubrir la pasión en sus estudios, lo que lo llevó a un problema económico, ya que sus padres adoptivos trabajaban las 24 horas para poder pagarle la costosa universidad a la que asistía, lo que lo llevó a abandonar los estudios y abocarse simplemente a las clases que le generaban interés. En ese lapso donde no encontraba una vocación alguna y veía un futuro perdido, encontró su pasión, la caligrafía. Gracias a esto, 10 años después. con pocas clases que presenció, logró, a sus 20 años, crear el primer ordenador Macintosh, con la ayuda de un amigo, lo que rápidamente lo llevó a definir su título, "No se puede conectar los puntos mirando hacia al presente, sino mirando hacia el pasado". Finalmente, cerró el diálogo diciendo que "creer que los puntos se unirán te darán la confianza de seguir tu corazón".
Su segundo discurso, hablaba sobre el amor y la pérdida, en donde Steve Jobs dio a entender como creó Apple y luego fue expulsado de su propia compañía. Las miradas de los espectadores se paralizaron, tratando de entender como logró el éxito habiendo tenido que atravesar tantas circunstancias. El discurso fue perfecto, dando a entender que más allá de que sus propios asistentes lo expulsaran de su propia compañía, él no dejó su pasión de lado y decidió crear Pixar y Next, dos compañías de las más exitosas del mundo actualmente, lo que lo hizo regresar a Apple y entendió que haber sido expulsado, fue una de las mejores cosas que le ocurrió, ya que lo hizo volver a ser ese niño que todos llevamos dentro, el principiante, el que anhela que se cumplan sus sueños. Es por esto que Steve Jobs logró el éxito, gracias a su perseverancia y los esfuerzos para lograr su meta.
Su último discurso lo cerró hablando de la muerte, en donde le contó a los espectadores que presenciaban este momento, lo más doloroso que tuvo que atravesar en su vida. Los médicos le diagnosticaron cáncer de páncreas, un tumor maligno imposible de vencer, lo que le demandaba un tiempo de vida de 3 a 6 meses. Él profundizó en esto, diciendo que no pierdan el tiempo en una persona que no lo vale y que intenten cumplir todo lo que sueñan. Al otro día, en el hospital, ocurrió un milagro inesperado. El médico, entre lágrimas, le dijo que el cáncer puede curarse con una operación. Steve Jobs estuvo al borde de la muerte, pero todo se transformó en alegría al saber que podía combatir al cáncer. ¿Cómo alguien con tantas ganas de vivir y seguir su pasión, sus sueños, iba a caer vencido? Él es diferente a nosotros y Dios le dio las fuerzas necesaria para poder seguir viviendo y para combatir el cáncer, una lucha más en su vida.
Como cierre, dio unas palabras conmovedoras a todos los presentes, una frase que permanecerá en el corazón de todos, "Sigue hambriento. Sigue alocado".
Con este discurso, llego a la conclusión en que el éxito no es imposible, sino que hay que atravesar todos los obstáculos sin temerle al fracaso, que fracasar es humano y de los errores se aprende. Este es, fue y será, uno de los mejores discursos del mejor creador del planeta, que quedará guardado en la memoria y corazones de todos los graduados y padres presentes. Un momento único e irrepetible en nuestras vidas. Steve Jobs, una mente brillante.

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