miércoles, 12 de octubre de 2016

¿Cuál es el problema de la Selección Argentina?




¿Será el exitismo constante al que nos acostumbramos? ¿Será que la ausencia de Messi es la excusa perfecta para pensar que sin él no somos nada? ¿Será que esta generación, que viene con una racha negra de malos resultados de hace más de 4 años, merece una renovación jóven? ¿Será que el problema de la AFA afecta en un estado anímico al cuerpo técnico y a los jugadores? ¿Deberían Agüero, Higuaín y Di María, dar un paso al costado, o mejor seguir intentando hasta lograr levantar su pálida imagen en la selección? ¿Será que el grave problema no es la búsqueda de un delantero que meta la que tenga que meter, sino que no son bien abastecidos por los jugadores del mediocampo? ¿Será que el equipo no tiene una identidad definida, ni juego colectivo, lo que hace que las duras críticas caigan siempre en los delanteros? 

La realidad es esta. Son preguntas que nadie sabe la respuesta. Estamos en una incógnita en donde no logramos entender el porqué del mal presente en la selección argentina. Un equipo al que individualmente en Europa brilla. Ya sea por sus nombres, por la fama o por las maravillas que hacen en cada partido, siendo ídolos y hasta yéndose aplaudidos de pie por la afición. 

Agüero, Higuaín y Di María, son el caso ejemplar para poner en parámetro esta situación que está atravesando el plantel de Edgardo Bauza. Los tres en Europa brillan. Emocionan verlos jugar. Son jugadores que no les cuesta tanto esfuerzo lograr un hat-trick en un partido y coronar a su equipo campeón. Higuaín, goleador indiscutido e ídolo del Napoles, logrando un hecho histórico al ser el máximo goleador del club, fue silbado ante su público, que tanto lo aclamó cuando defendía los colores napolitanos, al dejar el equipo y presentarse como nuevo refuerzo de la Juventus, lo que ocasionó grandes molestias en la ciudad Scisciliana. Lo cierto es que, más allá del ruido que causó su huida del Napoli, en la Juventus continúa con esta racha goleadora. Compartiendo una delantera temible junto a Dybala, son claramente los aspirantes a quedarse con la Serie A y lograr el sexto Scudetto consecutivo.
 Con Agüero sucede lo mismo que con el hoy 9 de Turin. Con la llegada de Pep Guardiola, a mi parecer el mejor director técnico del mundo sin lugar a dudas, ya sea por su viveza, comprensión de juego e inteligencia, el ex Independiente logró volver a su racha goleadora en la que supo campeonar al Manchester City de la Premier League con actuaciones impecables siendo protagonista en la mayoría de los encuentros. El "Kun" es el mejor delantero y máximo goleador de la historia del equipo de Manchester, algo que no todos logran. Con la llegada de Pep para dirigir al City, logró que el delantero se destape de su mala racha y de las críticas que recibió de sus aficionados, para poder volver a ser el goleador temible que nos acostumbramos ver, convirtiendo en cada partido que disputó, y siendo el que más veces la metió en el arco contrario en lo que va de la temporada. 

Estos jugadores que brillan en Europa y son ídolos indiscutidos en un país al que llegan para probar suerte, es probablemente, el mayor de los problemas para con nuestra sociedad. El hecho de que, sin transpirar una sola gota de sudor, concreten dos goles en cinco minutos y que en la Selección Argentina no logren sacarse la "mufa", es lo que ocasiona que la gran mayoría de los habitantes de nuestra nación sientan ira y bronca ante estos grandes jugadores. 
Quizá sea la presión incontenible que nos acostumbramos a crear cada vez que juega la selección. Porque claro, una cosa es jugar en un ambiente cálido y calmo como fue siempre el fútbol europeo y otra, completamente diferente, demostrar estar a la altura de una selección que espera todo de ellos. Esa presión incontenible en donde en cada momento que tocan la pelota, son silbados por todo el estadio por no hacer las maravillas que hacen en sus respectivos equipos. 

Con Higuaín, la cosa cada vez está peor. De tibio a caliente la ira que tienen los hinchas argentinos para con él, ya que luego de errar en dos finales consecutivas, en esa inolvidable frente a Alemania en el 2014 en el mundial de Brasil y frente a Chile en ambas Copas Américas, en donde el delantero no tuvo que hacer más que empujar la pelota para coronar a todo un país campeón, desesperado por festejar una victoria nacional. El presente tampoco lo está ayudando a olvidar esos malos tragos de una vez por todas, ya que, luego de aquella final frente a Chile por la Copa América Centenario, en donde Gonzalo y Messi, fueron los más cuestionados por toda la sociedad, no tuvieron otra idea que renunciar y abandonar a la selección. Luego llegarían, también, las renuncias temporales de Mascherano y Agüero, lo que ocasionó que nos replanteáramos por qué estaban sucediendo estas cosas. 
Con la llegada de Bauza a la selección, decidió no convocar a Higuaín y Agüero, ya que el clima no estaba para seguir pensando en que los jugadores más cuestionados por todo el pueblo, puedan revertir la dura situación que estaba atravesando la selección. Y en lugar de ambos, decidió convocar a Pratto y Alario, dos jugadores al que la gente puso su total confianza para poder salir adelante, creyendo que ambos son mejores que Agüero e Higuaín, dos de los jugadores con uno de los mejores promedios de gol de toda la historia de la selección Argentina, superando a Maradona en este rubro. 

Pasaron los días y los delanteros jóvenes, no tanto Pratto pero sí Alario, no convencieron lo suficiente en sus partidos que tuvieron la oportunidad de brillar, por lo que el técnico decidió convocar nuevamente a Higuaín y Agüero, quienes la estaban dejando chiquita en sus respectivos equipos, haciendo más de un gol por partido y teniendo un promedio de no creer, como si fuera una válvula de escape a todos los problemas que estaba atravesando la selección. El hecho de que Bauza depositara nuevamente su confianza en los dos delanteros más, permitanme la palabra, odiados por todo el público argentino, hizo que todo el país estalle a punto de ebullición, ya que lo que más se cuestionó en estos últimos tiempos era un cambio, una renovación, la limpieza definitiva de aquellos que nunca lograron llenar nuestras almas.

Otra prueba de fuego llegaba para ambos, para poder revertir tanto su situación delicada, como la de la selección. Sin Messi, ya que se resintió de una lesión, lo que lo mantuvo alejado de las canchas por 1 mes. Nada más y nada menos, cuando la selección volvía a disputar las eliminatorias camino a Rusia 2018, el 10, a quienes todos aclamaron que vuelva luego de pedir su inmediata renuncia, no estaba para jugar frente a Venezuela y Paraguay, respectivamente, partidos con los que culminaron en empate y derrota, de local. 

En el cotejo de ayer, tanto Higuaín como Agüero y Di María, no pudieron hacer pie en la cancha, lo que ocasionó mayores problemas tanto individuales como colectivos, ya que la selección nuevamente no jugó bien, creo yo, y para mal de males Agüero tuvo la chance de igualar el encuentro con un penal, pero el arquero paraguayo, Justo Villar, se lo atajó. Higuaín, tuvo la chance de empujar la pelota hacia la red en varias ocasiones, pero no llegó y Di María no tuvo la suficiente precisión para abastecer a ambos. Otra vez, crecen aún más los problemas de este equipo en donde hay más dudas que certezas. Otra vez aparecen las duras críticas hacia los jugadores, y pedimos la renuncia del DT como de los jugadores. Otra vez, creamos una lista innumerables de jugadores a nivel local e internacional, que pueden revertir la imagen de la selección. Otra vez, encontramos la excusa perfecta de pensar la filosofía de que sin Messi, somos la nada misma.

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